Confía en tu instinto, relato de un Maestro

“Tras meditar profundamente después del Resurgir en Coruscant, el Maestro Saibot llegó a la conclusión de que necesitaba ahondar aún más en la Fuerza viva. Con años de práctica había conseguido entender muchos de los misterios que le rodeaban, pero al mismo tiempo sentía que su aprendizaje estaba todavía lejos de terminar si es que tal cosa era posible en el vasto universo en el que la providencia le había hecho existir. Además, el haber compartido entrenamiento y misiones con los maestros Gylderon y Kvothe le había afectado también a un nivel profundo, y poco a poco empezaba a sentir que el eco de una antigua llamada iba reverberando  en su interior. Los días pasaban y a su trance se sumaron las noticias de que el Maestro Kvothe dudaba en si dejar la Orden, al tiempo que nuevos padawans se presentaban a comenzar su entrenamiento. Un ciclo se cerraba y otro se abría… De pronto, como un relámpago, los fragmentos dispersos de todo lo que le rodeaba y de todo en lo que había estado pensando parecieron congelarse y cristalizar en una sola cosa: una idea, que poco a poco fue emergiendo pura desde las profundidades de su mente como un loto entre el fango: ¿Dónde proseguir ese aprendizaje sino entre los Maestros perdidos? ¿Dónde enseñar a los recién llegados los caminos de la Fuerza mejor que en el lugar donde nacieron sus primeros eruditos?

Decidido, el Maestro Saibot se puso en pie y con un simple y decidido paso emprendió el más importante de sus viajes: Volvería a El Valle del Jedi.

Ha habido un despertar… ¿Lo habéis sentido?”

CONFÍA EN TU INSTINTO

Más allá del metajuego, más importante que las listas de los campeones y más necesario que hallar el “combo definitivo” hay un paso previo que todo aquel que se disponga a construir un mazo debe tener muy en cuenta, porque marcará el desarrollo de su juego y sus partidas más que ninguna combinación de cartas. Es una sencilla y a la vez compleja cuestión que todo el mundo debe plantearse en algún momento de su vida y que es tan válida como necesaria también en este juego. Y esa pregunta es: “¿Quién soy?”

Eso es lo primero que cualquier jugador/a debe tener claro porque de ello deriva su diversión, su gestión del nivel de frustración ("tilt”) ante una posible derrota y también su satisfacción ante sus victorias, las cuales dependen directamente de esto más que de ninguna otra cosa. ¿Y por qué? Porque si no estás cómodo con el mazo y su estilo de juego, no sabrás qué hacer con las cartas que tienes en la mano ni con las que están en la mesa. Si no juegas con lo que te gusta estarás jugando únicamente con tu mente y no con, permitidme que me ponga aún más metafísico, tu espíritu.

¿Qué posibilidades da el juego y en qué se concretan o, lo que es lo mismo, en qué puede basarse tu decisión?

En este punto, y dado que se pueden elegir 3 facciones por bando (y mezclarse entre sí) y todas ellas son extremadamente icónicas –no se juega a esto si no se es fan de la saga en mayor o menor medida-, hay que decidir qué va primero: tu estrategia favorita o tu bando favorito, y ver si es posible que las dos confluyan.

A grandes rasgos, y aunque cada una tiene más de una estrategia (hablaremos de “sinergias” en próximas entregas), las facciones se pueden clasificar de la siguiente manera.

ALIANZA REBELDE/ARMADA IMPERIAL=JUEGO AGRESIVO

JEDI/SITH=JUEGO DE CONTROL

CONTRABANDISTAS y ESPÍAS/ESCORIA y VILLANOS: JUEGO SAGAZ

Una vez decidas con qué facción quieres jugar, con cuál te sientes más cómodo y refleja mejor tu forma de luchar por la galaxia, empieza el siguiente e importantísimo paso a seguir: la creación de mazos. Hacer un mazo en Star Wars LCG es aparentemente fácil, pero con la ampliación del “pool” de cartas cada vez caben menos cosas (salvo que quieras ir con más de 10 objetivos, lo cual veremos también en otros artículos) y más allá de la sencillez inicial surge una cuestión que diferencia un buen mazo de uno imparable: la optimización. Para lograrla, la clave está cómo quieres convertir esa temática que te apasiona en ganadora. Para ello puedes seguir estos pasos:

1. Confía en tu instinto: elige lo que te guste sin que te importe lo demás.

2. Forma un mazo con los 10 objetivos que creas consiguen reflejar tu juego.

3. Ahora párate a mirarlos y hazte las siguientes preguntas: ¿Cómo gana este mazo? (¿Gana la Fuerza o no lo necesita? ¿Es rápido o lento? ¿Defiende o ataca? ¿Mata o inutiliza lo suficientemente rápido las unidades rivales? ¿Es de combo? ¿Cuántos objetivos puede romper en un turno? –Y, en una nota especial para Escoria y Villanos: ¿Molesta sin más o es efectivo?-)  ¿Todas las cartas del mazo –en la medida de lo posible- van juntas en la dirección de la victoria? ¿Depende de alguna carta en particular? ¿Contra qué rival es débil el mazo? ¿Hay objetivos fuera de la elección inicial que vayan mejor con el estilo de juego que se busca aunque sean raros y no se haya jugado casi nunca con ellos?

4. Una vez te hayas respondido a los puntos anteriores y hayas buscado (o no) nuevos objetivos, pregúntate también lo siguiente: ¿Necesita realmente llevar duplicados todos esos objetivos o con x1 valdrían para hacer hueco a otra cosa? ¿Cuántas cartas de cada objetivo que es bueno son “peso muerto”? ¿Tiene el mazo el equilibrio preciso entre ataque y defensa? ¿Tiene recursos para pagar todo lo que necesita pagarse? ¿Ha mejorado su debilidad contra ese rival fuerte? ¿Seguro que gana como supuestamente gana? 

5. Si crees que tienes bien respondidas todas esas preguntas, solo queda una cosa más: juega. Juega mucho, contra muchos mazos, contra muchos jugadores, acabando siempre todas las partidas (esto es muy importante, porque así se aprende de verdad cómo puede reaccionar el mazo y tú mismo ante situaciones muy adversas) y, después, piensa en cómo te han ido todas ellas y si el mazo necesita volver a los puntos 3 o 4 de alguna manera o de otra. Si es así, hazlo y vuelve nuevamente al punto 5, que de eso se trata.

Una vez esto está dominado, gran parte del talento de cada jugador saldrá solo, pues ya estará en su cabeza lo que debe hacer para jugar el mazo (se olvidarán menos reacciones, menos combos, se cometerán menos errores en general) y se podrá pasar a otro estadio donde analizar mejor las estrategias propias y del rival. Pero eso… será más adelante.

¡Un saludo y que la Fuerza nos acompañe!

Maestro Saibot